Infecciones de transmisión sexual

Sífilis

La sífilis o lúes es una infección crónica generalizada conocida como “la gran simuladora” que está causada por Treponema pallidum.

Infecta a través de mucosas y lesiones de piel, generalmente por contacto sexual.

Es una patología que evoluciona en distintas fases (primaria, secundaria y tardía), con periodos de latencia entre ellas que se denominan precoz y tardía. Estas fases de latencia son absolutamente asintomáticas.

  • La fase de latencia precoz hace referencia a la seroconversión o al incremento al menos de cuatro veces la titulación de partida de las pruebas no treponémicas de pacientes que anteriormente ya fueron diagnosticados y tratados de sífilis, sabiendo que la infección por Treponema pallidum tuvo lugar en los últimos doce meses.
  • La fase de latencia tardía es aquella en la que la infección se produjo hace más de un año o no se sabe cuándo se produjo el contagio.

Se denomina sífilis precoz a la sífilis primaria, la sífilis secundaria y a la fase de latencia precoz. Y sífilis tardía, a la sífilis terciaria y a la fase de latencia tardía.

Sífilis
Figura: Sífilis

El tratamiento varía según el paciente presente sífilis precoz o tardía.

Clínica

a. Fase primaria: periodo de incubación de 3 semanas. Aparece el chancro duro en la zona de inoculación (fundamentalmente en labios menores y cuello, también puede aparecer en ano, periné y labios mayores), es una lesión ulcerosa redondeada de bordes sobreelevados indurados, no dolorosa, que en ocasiones puede ser múltiple. La resolución es espontánea en aproximadamente 4 a 6 semanas tras el contacto.

b. Fase secundaria: aparece entre los 2 meses y los 2 años después de la primaria. Lesiones cutáneas secas (sifílides, de bordes hiperqueratósicos y despegados) o húmedas (condilomas planos), contagiosas, de carácter difuso, roséola sifilítica (erupción papulosa eritematosa) en palmas y plantas asintomáticas, alopecia y adenopatías generalizadas.

c. Fase terciaria: chancro blando (gomas sifilíticas) sobre todo en piel, mucosas, hueso. También existe afectación del sistema nervioso central (SNC) y cardiovascular.

Diagnóstico

El diagnóstico en urgencias es por sospecha clínica. Se confirma con examen al microscopio con campo oscuro de una muestra del fondo de la úlcera. También se puede realizar inmunofluorescencia directa en el exudado de la lesión.

La serología con pruebas treponémicas (PHA, FTA-ABS) y no treponémicas (RPR, VDRL) no son realizables en el momento de la actuación en urgencias, pero se pueden solicitar para ver la evolución de la enfermedad.

Tratamiento

a. Sífilis precoz: Penicilina G benzatina 2.400.000 UI intramuscular en única dosis.

  • Se recomienda la administración de lidocaína en el solvente para disminuir el intenso dolor que produce la inyección intramuscular.
  • Si hubiera alergia a penicilina: desensibilizar.

Alternativa: Doxiciclina 100 mg / 12 horas durante 14 días, Eritromicina 500 mg / 6 horas durante 14 días, Ceftriaxona 250-500 mg / 24 horas durante 10 días, Azitromicina 2 gr única dosis oral (aunque se han descritos resistencias).

b. Sífilis tardía: Penicilina G benzatina 2.400.000 UI im/semana durante 3 semanas.

Alternativa: Eritromicina 500 mg / 6 horas durante 28 días.

El tratamiento con penicilina intramuscular es válido para embarazadas y pacientes VIH positivo.

Las parejas sexuales de una paciente diagnosticada de sífilis deben ser analizadas clínica y serológicamente en consulta. La situación ideal sería acceder a todas las personas con las que la paciente haya tenido contacto en al menos los 3 meses antes de la aparición del chancro sifilítico, en los 6 meses precedentes a la aparición de lesiones de la sífilis secundaria, o en el último año en el caso de la fase de latencia precoz. Si no se pudiera acceder a los contactos, realizar tratamiento epidemiológico con la pauta recomendada para sífilis precoz.

Tras recibir el tratamiento y dentro de las primeras 24 horas, hay ocasiones en que la paciente puede acudir a urgencias por presentar fiebre, taquicardia, mialgias, cefalea, artralgias y malestar general, que cede con antipiréticos convencionales. Este cuadro es conocido como la reacción de Jarisch-Herxheimer.

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